miércoles, 14 de septiembre de 2011

O interior do exterior do interior. Lo interior del exterior del interior.

"La lejanía con respecto al otro, hasta el que nos traslada esa conciencia, se hace aún mayor cuando comprendemos que nuestro aspecto exterior no se presenta ante los demás como se presenta ante nuestros propios ojos. A las personas no se las puede ver como a las casas, los árboles o las estrellas. Se las ve con la expectativa de encontrarse con ellas de un modo determinado, con lo cual pasan a ser un fragmento de nuestro propio interior. El poder de la imaginación las acomoda a su medida para que encajen en los propios anhelos y esperanzas, pero también para que en ellas se confirmen los propios miedos y prejuicios. Durante el camino, la mirada se distrae y enturbia con todos los deseos y fantasmas que hacen de nosotros ese ser humano singular e inconfundible que somos. Incluso el mundo exterior de un mundo interior, por no hablar de las ideas que nos hacemos sobre el mundo interior ajeno, tan inciertas y tan poco sólidas que dicen más sobre nosotros mismos que sobre el otro.


Tren nocturno a Lisboa