viernes, 30 de marzo de 2012


¿Que como es el lugar donde me encuentro? Aquí, todo está oscuro. Las palabras, las miradas, ya no llegan... Se perdieron por el camino, cansadas de buscarme, a tientas, en este pasillo sin luz. Sí, la apagué, una vez más, para no ver, no escuchar nada… No quiero más, señora decepción. Harta de escuchar tanto grito... de tanta discusión... de palabras como cuchillas… Pero aquí, aquí ya no llega nada, ni nadie.

El dolor dentro de mí va extendiéndose, como un veneno, sin pausa, y me voy haciendo pequeña, pequeña… Sí, decidí volver aquí para que ya nada de eso me alcanzara, para quedarme atrás y que todo siguiera su curso… sin mí. Pero aquí me falta el aire. Me estoy asfixiando. Eterna soledad, por miedo a más dolor no me levanto… ya no quiero levantarme. Sé que si enciendo la luz, que si me quito esta capa para la invisibilidad, me sentiré mejor… pero siempre caigo en la misma trampa y vuelvo a este escondrijo. Es lo más sencillo, sentarme en este rinconcito y no moverme, no luchar, no intentar... No hacer, simplemente, nada. Pero esto me está destruyendo, me está matando... Te echo de menos, a ti, y a ti, y a ti, y a ti…Obsesionada con aquello que perdí, también perdí todo lo demás... No. Abandonar no era, ni es, ni será nunca la solución. Quizás allá afuera mi cielo esté gris, pero seguirá estándolo eternamente si no hago nada por cambiarlo.

 …Y entonces, cuando ya no me queda aire, rendida, enciendo la luz y salgo de este lugar… Y estáis ahí, con una sonrisa. “¿Dónde te metes, perdida?” … Sin embargo, huyendo de la decepción, he acabado siendo yo la que decepcionara a quien me prometí que nunca, nunca, le haría daño. Pero curaré esa herida, cueste el tiempo que cueste… ¿Me has escuchado bien? Cueste el tiempo que cueste.

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